Entregar la copia del autorretrato fue glorioso ¡Por fin! No voy a tener que hacer esto otra vez. Bueno, no fue así. Otra vez debía copiarlo, pero en grande. Misma técnica, pero en vez de escala 1:1 era 1:3. Ah, y pintarlo con una escala de tonos de un matiz creado por uno mismo. *respiro hondo* Muy bien, puedo hacer esto!
Las buenas noticias eran que no tenía que ser detallado como la otra vez, las malas eran, que debía hacerlo otra vez.
Lo copio, hago las principales siluetas. Lo hice más rápido que la vez pasada: era más simple y conocía las formas. Creé un matiz de naranja que a mi madre le fascina y ella lo llama "color roma". Todo pronto.
Se supone que debíamos crear los cinco tonos de entrada, pero no lograba avanzar de esa forma. No podía clasificar la cantidad de tonos de la fotocopia en solo cinco. Así que en vez de tormentarme las tres horas pinté lo que iba más oscuro, lo más oscuro posible. Y lo que era más claro, lo más claro posible. Luego por partes: una manga, la otra, el brazo, el pelo, el rostro (el rostro!!!) , y todo lo demás. Iba comparando y pintando.
La bandeja que usé quedó más linda que el trabajo, no entiendo cómo la tiré. Y por algún motivo el naranja con negro quedaba verde, pero no estaba como para molestarme por eso. Lo hecho, hecho está.
El último día estaba corriendo para terminarlo. Me estaba quedando sin pintura. Sonó el timbre y me quedó una esquina sin terminar y dos gotas de pintura ¡Lo lamento, querida lámina, te van a corregir sin terminar!
No hay comentarios:
Publicar un comentario